Antes, publiqué una entrada sobre
los animales más curiosos, que recogía especies rarísimas pero totalmente reales. Ahora es el caso contrario: animales que no existen, pero el trabajo de Photoshop es tan bueno que parecen estar vivitos y coleando! Así que me he inventado un nombre e incluso una pequeña biografía para cada uno de ellos. Es una lástima que no existan de verdad, no me digais que no son monos para tenerlos de mascota... al menos algunos!

El
águila espina tiene su hábitat en los desiertos norteamericanos; es una curiosa especie en la que las plumas se han convertido en escamas puntiagudas excepto en las alas como método de defensa y camuflaje. Pese a su fiero aspecto, se alimenta principalmente de carroña.

La
rana cuatrojos es un anfibio procedente de las selvas de Madagascar en la que las ancas se han convertido en una potente cola para luchar contra la fuerza de las corrientes de los torrentes en los que vive. Es una especie nocturna, de ahí el gran tamaño de sus ojos inferiores; los superiores los utiliza a modo de periscopio cuando está sumergido. Cuando está fuera del agua compensa la torpeza de movimientos con una increíble habilidad trepadora.
El loboconejo es uno de los carnívoros australianos más pequeños que existen. Es muy voraz y debido a la energía que gasta en sus rapidísimos movimientos debe ingerir cada día varias veces su peso en alimentos; sus presas habituales son pequeños roedores e incluso pájaros, a los que atrapa dando grandes saltos con sus potentes patas traseras.
El dragón pigmeo es una de las mascotas más apreciadas en Japón, pese al riesgo de incendio que supone para sus poseedores; por esta razón alcanzan cifras astronómicas en el mercado. Pueden presentar vivas coloraciones; las más usuales van del verde jade al amarillo limón, pero también pueden encontrarse ejemplares turquesa y magenta. Son muy cariñosos y fáciles de domesticar y se alimentan de larvas de insecto.
El tití gigante dentado es el único primate "vampiro", que se alimenta de succionar con su extraña boca sangre de otros mamíferos. Son una especie muy inteligente aunque bastante agresiva que vive en las profundidades de la selva amazónica. Su saliva tiene unos potentes efectos analgésicos, antibióticos y cicatrizantes que está siendo estudiada a fondo en vistas a aplicaciones farmacéuticas; la foto de este ejemplar albino fue tomada en un laboratorio.
La avispa cornuda, originaria de la sabana africana, es el insecto más mortífero del planeta; su doble aguijón puede inyectar una dosis de veneno que produce en pocos minutos la muerte a un hombre adulto. Por suerte no es una especie agresiva, y tanto las curiosas protuberancias sobre los ojos (que recuerdan a los cuernos de los muflones europeos) como las pinzas en las que terminan sus extremidades son meramente disuasorias.
El sapo peluche es una curiosísima especie que ha perdido la facultad de nadar y se ha convertido en terrestre; más exactamente arborícola, para lo que ha desaparecido su membrana interdigital y ha desarrollado unas fuertes garras. Su piel también ha evolucionado hasta convertirse en pelo fino, suave y esponjoso. Emite un sonido tan melodioso que se asemeja más al canto de un ave que al croar de las ranas.
Aún no sé si decidirme por el dragón pigmeo o por el sapo peluche...
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